Es joven, soñador y todo un revolucionario. Su meta: llevar la gastronomía española, la de nuestras abuelas y madres, más allá de nuestras fronteras. Su particular “Cruzada”: marcar una T (de tapas) en tierras británicas y cocinar gratis para todo aquel que lo desee – y aprecie- a lomos de su scooter.
Aunque parezca una locura, Omar Allibhoy se ha marcado el reto de enseñar nuestra cocina más tradicional al Imperio Británico y, viendo los resultados, la “Conquista” está ya siendo un hecho más que factible: dos restaurantes de éxito en la ciudad y dos recientes aperturas en lo que va de año y que apuntan a seguir la estela de sus antecesoras. La revolución de la tapa ha comenzado y en SPLUS MAGAZINE queremos conocer qué movió a este intrépido chef a cruzar el canal y embarcarse en esta gran aventura.
SPLUS MAGAZINE: Antes de nada debemos felicitarte por conseguir el éxito en tu “Cruzada” por el Reino Unido para llevar nuestra cocina a lo más alto, ¿cómo se te ocurrió la idea de montarte en tu moto y conquistar el país anglosajón de una forma tan original?
Omar Allibhoy: Tras darme cuenta de lo poco que los ingleses cocinaban platos españoles en casa me puse manos a la obra para intentar cambiarlo. Estábamos tan atrás del resto de cocinas que solo había una salida para que esto cambiara, una revolución era necesario, “la revolución de las tapas” la llamé en su traducción del inglés “Tapas Revolution”. Pensé en cómo podía hacer ruido y enganchar con la audiencia y el pueblo, las revoluciones no son uno solo, sino que la forman muchos al unirse. Así fue como un día se me ocurrió que haría una cruzada en forma de “T” -de tapas- en la que cocinaría con cualquiera que me cruzara en el camino ya fuera, rico, pobre, inglés o no inglés, niño o mayor… 1.500 kilómetros en scooter enseñando lo fácil, económica, saludable y sabrosa que es nuestra gastronomía. Fue un éxito y la gente realmente se enganchó al carro y así, poco a poco, hemos ido haciéndonos un hueco.
SP: Y en todo ese recorrido, ¿con qué anécdotas te quedas?
OA: Con la de unos niños en un parque que, agradecidos tras pasar una mañana con ellos haciendo tortillas de patatas, nos regalaron unas banderas de España hechas con hojas rojas y amarillas y palos de los árboles. Nos hizo muchísima ilusión su detalle.
SP: A pesar de haberte formado con uno de los mejores chefs españoles tuviste que poner rumbo a Londres. Ahora, pasados ya unos años, ¿volverías a repetir la experiencia sabiendo todo lo que sabes? ¿Crees que habrías alcanzado el mismo éxito en España?
OA: Lo volvería a hacer, pero no en Inglaterra, lo haría en España. Tengo la convicción de que mi generación necesita resurgir de las cenizas culinariamente hablando y cocinar al nivel de nuestras madres y abuelas. Obviamente los roles en la sociedad han cambiado mucho y eso ha repercutido a lo que mi generación ha aprendido de la de nuestros padres. No sabemos cocinar como antes, cada vez comemos peor y eso hay que cambiarlo, hay que despertar la chispa y dar el conocimiento. Afortunadamente todos los nuevos programas gastronómicos en la televisión están ayudando muchísimo.
SP: Y así, después de muchos kilómetros decides asentarte y ya vas por tu tercer restaurante en el país, ¿no te propones abrir nuevos mercados y ampliar horizontes en otros destinos?
OA: Me encantaría, sinceramente, pero no es fácil. Hacer la comida fresca y bien hecha no es tan fácil como parece y nunca pondría en peligro la calidad de nuestro producto solo por perseguir el crecimiento y expansión. Ya tengo cuatro restaurantes: Westfield London, Bluewater, Shoreditch y Birmingham. Habiendo dicho esto, sería un sueño abrir fronteras. ¡Necesitamos revolucionarios!
SP: Y una curiosidad, ¿por qué el Pirata Detapas?
OA: ‘El Pirata’ era un antiguo restaurante aquí en Londres y el dueño se propuso abrir una versión nueva de aquello, un remake y lo llamó ‘El Pirata Detapas’.
SP: Si tuvieras que describir Tapas Revolution, ¿cómo lo harías?
OA: Tapas Revolution es una cafetería y bar de tapas como los que puedes encontrar en cualquier esquina de España, desayunos, comidas, cenas, copas… abierto todo el día para satisfacer las necesidades de todo el mundo. Ni qué decir tiene, que a la manera española.
Tengo la convicción de mi generación necesita resurgir de las cenizas culinariamente hablando y cocinar al nivel de nuestras madres y abuelas.
SP: ¿Cómo ves el éxito de nuestra cocina en el resto del mundo? ¿Crees que en nuestro país no la valoramos lo suficiente?
OA: El éxito de nuestra gastronomía es muy pequeño comparado con la italiana, francesa, india, china, tailandesa… Nos queda un larguísimo camino por recorrer. Pero vamos a la carrera, les intentaremos coger. Sí que la valoramos, y mucho. Nunca oigo a nadie decir, “¡vaya perdida de tiempo que es nuestra gastronomía!”.
SP: Una de las causas que te llevó a recorrerte el país fue que viste las carencias que tenía la imagen de nuestra cocina en el extranjero, ¿consideras que en ese sentido la marca España está desvirtuada?
OA: Creo que estamos en una posición inmejorable para la promoción de la gastronomía española y nuestro producto. Los grandes chefs españoles tienen una imagen inmejorable y eso tenemos que explotarlo y que se traduzca a pie de calle, que la gente en sus casas cocinen más. Desafortunadamente no somos suficientes esparciendo la voz. Aquí en el Reino Unido la de cocineros de otros países que hay en la tele es aplastante en comparación con los españoles. Esperemos que con el tiempo cambie poco a poco.
SP: The Times, Hello, The Daily Mail, The Daily Telegraph, The Guardian… se han hecho eco de tus logros y de tus fogones: ¿alguna vez has pensado que ibas a estar presente en las principales cabeceras internacionales?
OA: Nunca pensé que lo lograría la verdad pero sí que lo soñé, fue todo tomando forma poco a poco, no ha habido un plan. Obviamente uno le pone mucho empeño y todos los esfuerzos van dando sus frutos. Menos mal la verdad, porque los sacrificios han sido muchos, pero han merecido la pena.
SP: Y en el panorama televisivo, no sé si sigues un poco la televisión española pero los fogones se están convirtiendo en plato fuerte de nuestra parrilla. Los chefs saltan a la pequeña pantalla para hacer concursos en los que descubrir a nuevos talentos, ¿cómo ves esta iniciativa? ¿Hubieras participado para alcanzar tu sueño en nuestro país y no tener que haber cogido las maletas?
OA: Por supuesto que lo hubiera hecho. Mi sueño de pequeñito era ser como Karlos Arguiñano y Jamie Oliver, eran mis ídolos, me encantaba lo que hacían, quería ser como ellos. Eso lo tenia claro así que sin lugar a dudas hubiera sido un concursante de alguno de estos talent shows.
SP: Hemos visto que tú también has formado parte de este tipo de programas, ¿no te han propuesto realizar uno propio?
OA: Hemos trabajado con el canal Food Network en varios formatos, pero de ahí que realmente se cumplan hay un trecho muy largo. Es un mercado muy competitivo el de la pequeña pantalla. Me encantaría poder enseñar España y su gastronomía “desde los adentros”, sería un sueño hecho realidad.
SP: Las críticas son parte del oficio y la envidia en la profesión es más que evidente, ¿has notado en Reino Unido este tipo de actitudes por parte de otros compañeros? ¿Te has sentido apartado alguna vez? ¿Cómo la afrontas?
OA: La verdad es que yo soy mi peor enemigo, me pongo mucha presión a mí mismo, mucha más que la que mi competitividad con otros pueda hacerme. Nunca he tenido una situación semejante y espero que nunca ocurra, me gusta llevarme bien con todo el mundo y por ahora siempre ha sido así.
SP: Unas de las opiniones que más nos ha sorprendido es la del temido chef Ramsay que ha dicho de ti que eres como el Antonio Banderas de la cocina e incluso has llegado a aparecer en Ramsay’s Best Restaurant, ¿cómo has conseguido domar a la fiera?
OA: Yo he trabajado para Gordon antes de abrir mis restaurantes, así que ya le conocía. Es un perfeccionista al más alto grado, como yo, hablamos el mismo lenguaje. En la cocina me lo paso muy bien pero soy serio y profesional, por eso yo creo que nos entendemos.
Mi sueño de pequeñito era ser como Karlos Arguiñano y Jamie Oliver, eran mis ídolos y quería ser como ellos.
SP: Después de estar todo el día entre cacerolas, ¿tienes tiempo para despejarte y tener un poco de vida sin pensar en nuevas recetas? ¿Qué te gusta hacer?
OA: No mucho la verdad. Es el precio de estas aventuras, pero afortunadamente las disfruto, así que doy gracias. Sé que dedicarte a lo que te gusta no pasa todos los días. En mis días libres me gusta jugar al tenis, reunirme con amigos sin motivo aparente, viajar, pintar y diseñar mis próximas aperturas. ¡Me encanta el diseño y la arquitectura!
SP: Por último nos gustaría saber qué proyectos futuros te encuentras cocinando: nuevos restaurantes, programas, apariciones televisivas…
OA: Un poco de todo, soy una persona que me gusta mantener mi mente activa haciendo cosas distintas, cambiar de sombrero a diario, gestionar distintos proyectos. Si hay variedad, aunque haya que trabajar mucho verás una sonrisa en mi cara.
SP: Gracias por dedicarnos unos minutos, ¿te veremos próximamente por España?
OA: De Madrid al cielo, y a mi me gusta volar mucho.
Hablar de Tapas Revolution es hacerlo de uno de los recetarios con más recorrido de nuestra gastronomía tradicional. A lo largo de las más de 100 recetas que contiene el libro descubrimos los platos clásicos de nuestras madres y abuelas.
Sabor y tradición en una obra bien explicada y contada de una forma innovadora para captar no solo a los ya expertos en los fogones sino también a aquellos que se inician en el arte culinario y quieren hacer platos de antaño.
Aperitivos, pescados, huevos y aves, carnes, verduras, guisos y un largo etcétera de recetas se reunen de forma ágil y simple en esta obra singular. El Antonio Banderas de la cocina, como lo calificó el implacable chef Gordon Ramsey, nos demuestra que sabe de lo que habla y hace que nuestra cultura gastronómica perdure y no muera con las nuevas generaciones.