Todos lo conocemos como Javier Maroto, el de ‘La que se avecina’, pero la carrera de este actor granadino no se queda ahí. Creció como intérprete de cuerpo en la compañía Yllana y se dejó ver en las series ‘Arrayán’ y ‘Cuéntame’. Últimamente, ha salido de Montepinar para actuar en ‘Villaviciosa de al lado’ de Nacho G. Velilla y junto a Blanca Suárez en ‘Lo que escondían sus ojos’. Su nuevo reto: la comedia teatral, ‘El Crédito’.
Aprovechamos la presentación de la función ‘El Crédito’ para charlar un rato con Antonio Pagudo. Lo vemos diariamente desfilar entre leones y huevones con un personaje al que, por ahora, no piensa abandonar. “Quiero acompañar a Javier Maroto hasta el momento en el que tenga que desaparecer de la parrilla”, nos confiesa. Se define como un actor recolector catalizador y eso de crear buen ambiente se le da de maravilla, lo comprobamos la media hora que pasamos con él. Atento a todo y a todos, es imposible no llevarse una buena imagen suya. Como tú has dicho, que nos veamos encima de los escenarios.
SP- Presentas la obra ‘El Crédito’ junto a Vicente Romero, una historia de bancos,…
Antonio Pagudo – Bueno, es un pretexto para contar una historia de seres humanos…
SP- ¿Vamos a descubrir a un Antonio Pagudo más desquiciado todavía?
AP- Sí, además es que no sólo a mí, sino a los dos personajes. La maravilla es que llega un momento en el que no sabemos quién era el que pedía a quién. Eso se desdibuja. Es un pretexto con el que se inicia la obra. Una persona va a pedir un crédito, no presenta nada, no tiene aval ni puede ofrecer nada y en vez de irse y decir ya está, plantea otra cosa, no se queda callado. Su decisión va a tener consecuencias. Y a partir de ahí, se generan una serie de conflictos en torno a un personaje que es muy humano y cuenta cosas que suceden en realidad en la sociedad. Enfrente tiene a una persona que sigue más las normas y que piensa que lo tiene todo controlado. Y ahí está la clave. Todos pensamos que tenemos las cosas controladas y siempre hay algo que te puede hacer cambiar.
SP- Nuevo montaje, nuevo reparto, nuevo director, en este caso, Gabriel Olivares, ¿habéis conseguido darle otro punto de vista a la obra?
AP- Adoptamos otro punto de vista, sobre todo, porque cada actor es diferente y tiene una energía distinta. Carlos Hipólito tiene treinta y cinco años de bagaje teatral, recibió un premio por este personaje en concreto, y Luis Merlo, fui con diecisiete años a verlo y alucinaba, y ahora somos compañeros, que es más alucinante todavía. Nosotros hemos cogido el texto y hemos empezado a hacerlo con nuestra energía y a nuestra forma. Vi el anterior montaje pero, ¿sabes lo que pasa con estas cosas? Que recuerdas sensaciones, sabes que lo pasaste genial, pero no recuerdas los movimientos,… Va a tener poco parecido porque aportamos cosas muy diferentes. Y eso va a ser lo divertido porque hay mucha gente que ya ha visto este espectáculo y lo puede volver a disfrutar desde otro punto de vista.
Es importante no perder nunca el contacto con la familia, con los amigos, con la gente que te quiere, que son los que te dan la clave. Si eso está fuerte, todo lo demás funciona
SP- ¿En algún momento se os instaba a repetir lo que ya habían hecho Hipólito y Merlo?
AP- Nadie nos ha condicionado. Tampoco nos hemos negado. Repetir lo que ellos habían hecho ya hubiese sido la bomba, pero no hacía falta. Es un texto tan maravilloso de Jordi Galcerán que te permite jugar y está escrito de una forma en la que es tan sencillo volar, y nosotros volamos con nuestras alas. Mi herencia teatral es Yllana, donde hay mucho trabajo físico, y aquí tengo oportunidad de hacerlo, y lo hacemos. Tenemos la suerte de que Gabriel Olivares ha visto eso como algo positivo y lo ha incentivado. Nunca hemos tenido ninguna imposición de tener que hacerlo como lo hicieron ellos, que fue maravilloso, y forma parte de la historia del Teatro Maravillas. Ahora iniciamos nosotros nuestro pequeño pasito.
SP- Has sido integrante de la compañía Yllana, ¿sigues en sus montajes?
AP- No estoy con ellos ahora mismo representando pero la relación es estupenda. Nos hemos tomado un tiempo. Es como estas relaciones muy largas en las que todo va bien pero tienes ganas de experimentar cosas nuevas. En mi caso, mi carrera iba creciendo y creciendo y me apetecía tocar el tema del texto. Llevaba trece años trabajando con ellos, con una herramienta ya conocida, y no me apetecía que eso se estableciera. Quería poder enriquecer mi carrera. Ojalá algún día regrese con una paleta de colores más amplia y con mayores herramientas. Ahora tengo la seguridad y la tranquilidad de que puedo sostener cosas que antes no tenía.
SP- ¿Qué te ha aportado como actor esta compañía?
AP- A Yllana los amo y a mí me han aportado las tablas a un nivel que muy poca gente ha podido tener. Yllana me ofreció muchísimo trabajo, fueron más de 2.500 bolos, muy poca gente tiene el placer de poder hacer eso. Te enseña a cómo afrontar el trabajo, pasamos mucho tiempo en gira, con los compañeros, muchos viajes, muchos kilómetros, lejos de la familia,… Estas cosas marcan muchísimo y hacen que te plantees la situación desde otro punto de vista. Te quita mucha tontería, te coloca en tu sitio y te enseña lo que realmente es la profesión, el oficio.
SP- Estáis rodando la décima temporada de ‘La que se avecina’…
AP- Más oficio todavía…
SP- ¿Todavía tienen cosas que contar los guionistas?
AP- Claro, todavía hay cosas que contar y a nosotros nos sorprenden con cada guion que llega. ¡Madre mía, cómo es posible! Pues sí, siempre hay cosas. Y, además, la realidad supera la ficción y es material al que agarrarse. Aunque tampoco usamos todo lo que pasa, no es como una diaria. Yo trabajé en una diaria en Canal Sur, en ‘Arrayán’, mítica, y allí sí que íbamos al día. Abríamos el periódico y veíamos las tramas que teníamos en el guion. Tenían que ofrecer tanto material que se nutrían de lo que estaba pasando. Aquí hay más filtro, quieren hacer otras cosas y tienen una imaginación…
SP- Y muchas veces hasta van por delante.
AP- ¡Sí! Ha pasado muchas veces en ‘La que se avecina’. También me pasó con Yllana en ‘Brokers’. Nos anticipamos a la crisis, hicimos el espectáculo antes de que llegase la crisis y luego era muy actual. Y toda la gente exaltada. Normal, estábamos metiéndonos con los que estaban metiéndolos en problemas a ellos.
SP- ‘Villaviciosa de al lado’, ‘Lo que escondían sus ojos’, ‘El Eunuco’, ahora ‘El Crédito’,… ¿viene bien oxigenarse, probar otros personajes, otros equipos,… para coger con más fuerzas las nuevas temporadas de ‘La que se avecina’?
AP- ¡Claro que sí! Y cada compañero es un maestro y con cada uno aprendes un poquito. Cuando llevas diez años en el mismo sitio, necesitas sentir que tienes otra vida. En lo audiovisual, no me había salido de Javier Maroto. Entonces, hacer a Ridruejo, en el caso de ‘Lo que escondían sus ojos’, que no tiene nada de comedia en una historia que no es comedia, era mi pequeño reto, y estoy muy satisfecho, muy contento. Sobre todo porque no se generó nada en contra. Hoy en día, que estamos muy pendientes de las redes, que nos marcan un poco porque son reflejo de la sociedad,… Nadie se echó las manos a la cabeza ni dijo, ¿pero qué hace este chico haciendo esto? Surgió la oportunidad y a por todas. Y en ‘Villaviciosa’, igual, tuve la suerte de interpretar a un personaje completamente diferente a los dos que llevaba. Este año he hecho cuatro personajes que han sido muy diferentes. Esto para mí es un regalo porque te hace conocer otros sets, otra gente, otra manera de dirigir, otra forma de afrontar el trabajo y otros personajes. Más para la maleta.
SP- Viendo que se han marchado muchos de los compañeros que empezaron la serie contigo,… ¿has tenido alguna vez la tentación de abandonar?
AP- No, no me lo planteo porque, realmente, esto es una carrera de largo recorrido y ‘La que se avecina’ se va a acabar. Lo queramos o no, llegará un momento en el que se acabe. Porque se han acabado todas. Teniendo cuenta esto, no tengo prisa, estoy contento con el personaje, quiero acompañar a Javier Maroto, que me ha dado mucho, hasta el momento en el que tenga que desaparecer de la parrilla. Esta es mi idea y que cada actor tenga la suya. Además, si lo puedo compaginar con una obra de teatro o con algún papelito en una película para aprender,… Genial. La ansiedad por hacer algo diferente, bajo mi punto de vista, no es positiva, creo que hay un tiempo para todo. Y si Javier Maroto quiere estar otros diez años, pues adelante con él, porque le van a pasar cosas diferentes, otras historias,… Yo voy a estar ahí aportándole todo lo que pueda recoger de otros lados.
SP- Al fin y al cabo, es trabajo…
AP- ¡Claro! Esto se trata de no perder nunca el contacto con la familia, con los amigos, con la gente que te quiere, que esos son los que te dan la clave. Si eso está fuerte, todo lo demás funciona. Como te empieces a despegar de ahí, la lías… Y es muy fácil despegarse. Somos gente que nos llevan, nos traen, nos dicen, nos ponen la comida,… Como te pienses que todo es así, te vas volando. Tú eres una persona, con tus hijos,… a mí eso es lo que me mantiene en mi sitio y lo que me proporciona las ganas de hacer estas cosas y vivirlas bien.
SP- Parece que un actor no puede tener una vida normal, ¿es complicado ser padre de familia y actor?
AP- Es complicado, sobre todo cuando empiezas a compaginar trabajos, es mucho tiempo fuera de casa pero, volvemos a lo mismo, tierra. Cuando Lucas, mi hijo, me dice que no me ve,… Le digo que se compare con sus amigos,… Hay padres que cogen un camión y tardan quince días en volver a su casa… Esto pasa.
Me gustaría inspirar a alguien, como me pasó a mí, para que se dedicase a esto. Con eso, me sentiría realizado. Ya tendría sentido mi carrera. Sería extraordinariamente feliz
SP- A tus recién estrenados 40 años, ¿qué te queda por demostrar al público? ¿Y a ti mismo?
AP- Muchísimas cosas, mucho, mucho,… Mi idea es seguir poco a poco conquistando escenas, diferentes estadios,… Con eso, ir avanzando en mi carrera. Me quedan muchísimas cosas por hacer, no sé cuáles, no sabemos lo que vendrá pero mi idea es esa, recoger todo lo que estamos aprendiendo y poder ofrecerlo de nuevo. Lo que sí me gustaría es inspirar a alguien, como me pasó a mí, para que se dedicase a esto, eso sí me gustaría. Con eso, me sentiría realizado, ya tendría sentido mi carrera. Si por verme trabajar, alguien piensa, me gusta esto, voy a luchar por esta historia, sería extraordinariamente feliz. Fíjate que no tiene nada que ver con algo en concreto, ni con recoger un premio, ni hacer una obra en concreto,… No, tiene que ver con la transmisión del amor que le tengo a esta profesión. Que alguien lo encuentre y que yo le ayude a eso, sería para mí lo más bonito.
SP- Si tuvieses que definirte en dos frases, ¿Cuáles serían?
AP- Por todo esto que estamos hablando, como un actor recolector. Me gusta atesorar conocimientos de piel, nada de teorías. Y luego, me gusta mucho generar un buen ambiente, soy muy catalizador. Actor recolector catalizador. Los catalizadores son más importantes de lo que nos creemos. Siempre buscamos una gran figura, una persona que destaque,… Estupendo, me gusta y me gusta que sea mi compañero, además, pero a mí no me gusta ser el que destaca. Me gusta generar que todo se coloque y que cada uno esté en su sitio a gusto. Hice Interpretación Gestual, de movimiento, hay poca literatura ahí, todo era trabajo y conexión con el compañero. Eso me ha marcado. Soy ese tipo de actor que le pone más hincapié a lo que está sucediendo a nivel grupal que a lo que pasa a nivel individual. Hay veces que este tipo de actores nos jodemos bastante a nosotros mismos porque miras más por lo que está pasando a tu alrededor que por ti mismo pero yo no entiendo este trabajo de otra forma. Siempre he estado rodeado de gente, en los monólogos me siento muy solo.
SP- Además de ‘La que se avecina’ y ‘El Crédito’, ¿tienes algo más por delante?
AP- Estoy estupendo como estoy. Aunque ahora hay un nuevo camino que es el cine, pero como esto va despacio y las cosas se mueven muy lentamente, dejamos que fluya y ojalá venga algo. Me encantaría estar así mucho tiempo. Haciendo la serie, en los parones haciendo un papelito en una peli y seguir haciendo teatro con estos grandes textos. Si podemos hacer esto siempre, adelante.
SP- Pues que siga. Muchas gracias por esta entrevista.
AP- Sí, que siga. Muchas gracias por todo.