El Festival de Cine de Sevilla nos ha permitido pasar unos minutos con una de las actrices del momento: Inma Cuesta. Esta valenciana de nacimiento, pero andaluza de corazón, ha sabido marcar su propio camino y actualmente endosa la lista de las mejores artistas del país.
Polifacética donde las haya, no hay género ni escenario que se le resista: cine, teatro, televisión, doblaje, anuncios publicitarios, portadas de revista…El trabajo constante es su máxima y las ganas de aprender su estandarte. Su carácter demuestra que, pese al éxito cosechado, es una persona cargada de humildad. Cada pregunta viene acompañada de una sonrisa y nos sentimos, como ella misma nos señala, muy cómodos a su lado. Así es Inma Cuesta, la actriz que un día decidió probar suerte en un casting y se quedó con el papel protagonista de uno de los musicales de más éxito de Nacho Cano.
¿Qué queda de la chica de Hoy no me puedo levantar?
Inma Cuesta: La verdad es que queda mucho: la ilusión, las ganas de querer seguir haciendo cosas…Pero quizás lo que aún perdura con más fuerza son las ganas de seguir aprendiendo y de seguir enfrentándome a retos cada vez más diferentes o difíciles.
Amar en tiempos revueltos se convierte en tu salto a la pequeña pantalla y en la apertura al formato de serie. ¿Qué aprendiste de esa experiencia?
Inma Cuesta: Aprendí todo. Como dices fue mi primera serie y a pesar de estudiar arte dramático, esos conocimientos son más útiles para teatro. Sin embargo, las formas de interpretar son muy diferentes en un escenario que en televisión o cine. Cuando llegué a la serie había algunos términos que desconocía, como es el caso del raccord, u otros elementos que no controlaba y que aprendí en el set de Amar en Tiempos Revueltos. Hablo de ponerme frente a la cámara, buscar la luz, no tapar a mis compañeros…Por tanto, aprendí mucho ¡hice 220 capítulos, fíjate si me dio tiempo a aprender! –risas–.
Sin embargo, fue un gran paso porque tras ella vino la serie de las series: Águila Roja ¿Tú lo percibiste así o fue más una concepción de la audiencia?
Inma Cuesta: Yo no lo percibí así para nada, de hecho, no me gusta destacar una sobre otra porque creo que el éxito o el fracaso depende de una suma de factores. Yo creo que cada paso que das te lleva a otro lugar: Hoy no me puedo levantar me llevó a Amar en tiempos revueltos y así. Por eso, no me gusta pensar que Águila Roja ha sido mi descubrimiento, para nada. Quizás ha sido la que me ha dado más popularidad porque es una serie que ha tenido un gran éxito de audiencia. Pero, créeme, hay gente que no me conoce ni por mi papel como Margarita –risas–.
«No me gusta pensar que ‘Águila Roja’ ha sido mi descubrimiento. Para nada. Quizás ha sido la que me ha dado más popularidad porque es una serie con un gran éxito de audiencia»
Y, ¿qué tienen en común Margarita e Inma?
Inma Cuesta: ¡Nada! Cada vez se parecen menos…Yo no soy tan sufridora, al contrario, tengo mucho más coraje. Lo bueno que tienen los personajes en las series de televisión es que evolucionan, como en la vida misma. De repente, el personaje puede estar estancado y en el siguiente capítulo sucede algo que le da una nueva oportunidad para hacerlo clave en la trama. Sin embargo, en el teatro o en el cine sabes que el recorrido del personaje es cerrado. Quizás yo creo que el personaje de Margarita sufre demasiado, aunque se ve que a la gente le gusta, pero yo, como Inma, me hubiese ido de casa de Gonzalo hace mucho…¡me hubiese hartado de estar tanto tiempo encerrada!
También eres una persona polifacética donde las haya. Ahora has puesto voz a Talía en Justin y la espada del valor, ¿cómo ha sido doblar a un personaje animado?
Inma Cuesta: Ha sido divertidísimo y genial. Tenía muchas ganas de hacer algo así y ha sido una experiencia única. Nuestro trabajo, por suerte, nos ofrece la posibilidad de hacer muchas cosas y una de ellas era el doblaje, pero claro, ten en cuenta que nunca antes lo había hecho…¡y es dificilísimo! Admiro mucho a la gente que hace doblaje por la capacidad de articular a la perfección cada palabra, cada sílaba…Y yo, afortunadamente, estaba dirigida por un director que me decía en cada momento cuándo tenía que entrar. Pero aún así ha sido muy complicado y divertido a la vez.
Y en ella también ha participado nuestro malagueño más internacional, Antonio Banderas, ¿te ha dado algún consejo para cruzar al otro lado del charco?
Inma Cuesta: ¡Qué va! En una revista publicaron que yo había dicho: “Iré a pedirle consejo a Antonio”. ¡Yo no he dicho eso en la vida! –risas–. Realmente me encantó conocerle. Me parece una persona encantadora con un don de gente excepcional, muy natural. Siempre pensamos que la gente que viene de Hollywood es un poco superficial, pero él para nada es así. Nos conocimos en Los Goya cuando me nominaron por La Voz Dormida. Me felicitó por el trabajo realizado. Sin embargo, tienes que tener en cuenta que para Justin y la espada del valor solo nos vimos durante los dos días de la promo porque en el doblaje no coincidimos. Hace un trabajo magnífico y su papel es uno de mis preferidos pero ni me dio ningún consejo ni yo se lo pedí.
Hablando de la meca del cine, Hollywood, ¿lo ves aún lejano o ya estás abriendo puertas para cruzar el charco?
Inma Cuesta: Ni lo veo, ni lo pienso. No es algo que esté en mi mente. Tampoco lo he soñado nunca. Si mañana, de repente, se me presenta la oportunidad y me ofrecen un papel para una película y yo estoy capacitada para hacerlo, ¡pues encantada! Pero, a priori, no es mi meta.
En esta divertidísima historia de Javier Ruíz Caldera: Tres Bodas de Más, das vida a Ruth en un papel alocado. Te hemos visto muy cómoda con él. ¿La comedia es tu fuerte o te gustan más otros papeles como el que te valió estar nominada para los Goya en La Voz Dormida?
Inma Cuesta: Tenía muchas ganas de hacer comedia porque lo que había representado hasta ahora eran personajes mucho más dramáticos, con una intensidad y una profundidad bastante importantes. Y de repente, me llegó la oportunidad de hacer este personaje del que me enamoré perdidamente y fue la unión entre la comedia y Ruth. No es que me guste más un personaje u otro. Sí que es cierto que es un cambio, porque la comedia es otro tempo, otro ritmo al que no estaba acostumbrada, aunque me dejé llevar por el director que siempre me dejaba improvisar y me sentí muy cómoda. Yo soy muy payasa en mi vida real, pero tenía que encontrar el ritmo concreto de la comedia. Aún así me lo he pasado genial con este personaje y creo que eso a la gente, como te ha pasado a ti, le va a llegar. Al menos, espero que disfruten con este nuevo registro.
Y si hablamos de género, ¿hay alguno en el que te sientas más a gusto, más realizada?
Inma Cuesta: Depende de muchos factores: de cómo te dirijan, del personaje, de la película…No es cuestión de si es comedia o drama. Yo me siento a gusto trabajando independientemente de si es cine, teatro o televisión. Me considero actriz en cualquiera de los ámbitos y todos los géneros te aportan algo nuevo y diferente.
En referencia a Tres Bodas de Más, ¿crees que hay algo peor que tu ex se case con otra y encima te invite a su boda? Aparte de que lo hagan tres veces, claro…
Inma Cuesta: ¡Claro que sí! –risas–. La película es una anécdota ya que está basada en hechos reales. Hubo una chica a la que le pasó y de ahí la trama. Pero a mí no me parece tan grave, lo que pasa es que el personaje de Ruth se lo toma todo a la tremenda. Desde luego, si no eres tan torpe como ella, todo irá bien –risas de nuevo–. Si te invita un ex a tu boda, pues vas y punto, no hay más. Pero Ruth es especial…
Si tuvieras que ‘vendernos’ Tres Bodas de Más, ¿cómo nos convencerías para que vayamos a verla?
Inma Cuesta: Me parece una película divertidísima. Sé que me repito, pero es que es así. Es una película que arranca una sonrisa desde el primer minuto y eso es algo muy necesario en los tiempos que corren de caos y de tristeza. Sin duda es una cinta que trae luz a esa oscuridad y que hará reír a la gente.
Hace poco has terminado tu regreso a las tablas con la obra ¡Ay Carmela! junto a Javier Gutíerrez y Marta Ribera. ¿Aprecias diferencias en tu forma de interpretar con respecto a tus inicios?
Inma Cuesta: ¡Claro! Lo he afrontado con muchísima más madurez y seguridad. Ten en cuenta que yo hice Hoy no me puedo levantar hace muchos años y era mi primer trabajo como profesional, sin saber nada de este mundillo. Ahora es diferente. Sin embargo, ¡Ay, Carmela! conlleva una gran responsabilidad porque es un personaje que había sido interpretado antes por grandes actrices como Carmen Maura o Natalia Dicenta, y para mí era un gran reto. Aún así lo cogí con un gran respeto y ha sido muy bonito regresar a las tablas con esta obra.
‘¡Ay Carmela!’ conlleva una gran responsabilidad, es un personaje que había sido interpretado antes por grandes actrices como Carmen Maura o Natalia Dicenta y para mí era un gran reto. Conlleva una gran responsabilidad. Es un personaje que había sido interpretado antes por grandes actrices como Carmen Maura o Natalia Dicenta, y para mí era un gran reto.
¿Qué le deparará a Inma Cuesta el año 2014? ¿En qué proyectos te podremos ver inmersa?
Inma Cuesta: Ahora empiezo a grabar una nueva temporada de Águila Roja. Además, tengo una película para enero o febrero pero que aún está sin confirmar. La que sí puedo anunciar es la próxima película de Paula Ortiz llamada La Novia –una adaptación de la obra Bodas de Sangre de Federico García Lorca– y que se rodará en Turquía en abril. Así que…¡contenta por el nuevo año que nos espera!
Presiento un gran año de triunfos…cargado con un posible Goya, ¿por ejemplo?
Inma Cuesta: Bueno, por ahora un gran año cargado de trabajo. El Goya no es algo que espere. Yo solo quiero seguir trabajando que, para cómo está la profesión, es mi mayor premio.
Muchas gracias por atendernos pese a todo el habitual ajetreo de la promo. Como se suele decir en estos casos, mucha mierda para tus futuros proyectos.
Inma Cuesta: Gracias a vosotros por esta estupenda entrevista y enhorabuena por la revista. Y por supuesto, mucha suerte para los próximos números.