Una mesa impecable adornada con sutiles detalles y montada perfectamente para que todo armonice el momento de la degustación del menú escogido. Un menú que combina a la perfección diferentes sabores, olores y texturas en tu plato y en tu copa.
Porque sí, ya sabemos que la elección de la bebida es muy importante pero, ¿hasta qué punto? Un buen plato acompañado por la bebida adecuada multiplicará las sensaciones que percibiremos tanto al gusto como al olfato. Incluso, hay platos que están diseñados para ser degustados con una bebida específica.
Más allá del vino tinto para carnes y blanco para pescados, existe una gama infinita de combinaciones excelentes para acompañar tus comidas favoritas. El perfecto sumiller deberá guiarnos en la elección del vino adecuado atendiendo tanto al menú escogido como a nuestros propios gustos.
En palabras de Ricardo Fernández, encargado de sala del restaurante sevillano Torres y García: “El maridaje es específico, y el bagaje culinario que tenga el comensal es fundamental para apreciarlo. Se puede hacer un maridaje más o menos versátil en función del cliente y de su experiencia culinaria”.
Generalmente emparejamos bebida y comida por asociación. Bebidas dulces con comidas dulces, sabores fuertes con bebidas con cuerpo, etc. Pero hay combinaciones que aunque puedan parecer extrañas, despiertan un sinfín de notas en el gusto, como es el vino dulce con el queso azul. Porque en el maridaje como en el amor, los polos opuestos se atraen, es lo que se conoce como maridaje de contraste.
Y no sólo debemos de tener en cuenta el tipo de alimento que asociamos a un vino, también juega un papel importante de qué forma ha sido cocinado el plato y la temperatura en la que este se sirve.
Pero la experiencia del maridaje no sólo se reduce a aderezar tu encuentro gastronómico con vino, también puedes degustar diferentes cervezas de trigo junto con cremas, quesos o mariscos. O las cervezas negras, que son ideales con carnes de caza e, incluso, con chocolate.
El cava es el gran comodín, un aliado perfecto para muchos platos ya que goza de una gama inmensa y, según el cava escogido, podrá acompañarnos durante toda la comida. El gin-tonic también combina a la perfección con distintos sabores como quesos y encurtidos, convirtiéndolo en un aperitivo ideal.
En cualquier caso, sea cual sea tu elección, según nos explica Ricardo Fernández, la correcta ingesta de los alimentos con la bebida es necesaria para que disfrutemos de su sinergia. En primer lugar deberemos masticar los alimentos saboreándolos y apreciando su textura. Después beberemos y lo mantendremos un instante en la boca para que se unan los elementos. Por último debemos tragar todo junto. ¡Delicioso!
A pesar de todas las recomendaciones que puedas encontrar, la pareja perfecta la decides tú. Tu gusto determinará qué sabores son el matrimonio ideal en tu paladar. ¡Atrévete a buscar tu media naranja!