El fetichismo por el calzado es una realidad evidente en nuestros días, aunque si tiramos de Historia, desmontamos el mito.
El primer zapato del que se tiene conocimiento es una sandalia que se encontró en Estados Unidos y que data del 7000 a.C. Sin embargo, no sería hasta tres siglos después,en el 3500 a.C., cuando se comenzó a usar el calzado fabricado con cuero que conocemos actualmente. Lo que en un primer momento era un producto de primera necesidad para sobrevivir y gozar de mejor salud, con el paso de los años se ha ido convirtiendo en un arte y en una obsesión, especialmente para las mujeres occidentales.
Durante el siglo XVII, el zapato se transformó en Europa en una señal de nobleza, de ahí que los artistas y artesanos comenzaran a crear zapatos de nuevos estilos para sus patrones, que en su mayoría fueron hombres hasta bien entrados en el siglo XIX. No fue hasta mitad del S.XX cuando, gracias a los avances tecnológicos, se comenzó a crear el calzado con otro tipo de materiales, más similares a los empleados en nuestros días, y más económicos, un hecho que popularizó y expandió como la pólvora la adquisición en masa de este producto.
Si tiramos de historiografía de la moda podemos equilibrar la obsesión por el calzado a la obsesión por los tocados en los años 20, aunque las estadísticas demuestran que actualmente la compra de zapatos ocupa la primera posición en el ranking de compras. Según el estudio independiente ‘Barómetro de la influencia del calzado en la imagen personal’, elaborado por la empresa de investigación My.research para Kiwi, -una marca para el cuidado del calzado-, “una de cada cuatro españolas tiene más de 20 pares de zapatos en el armario”.El estudio también expone que el 70 por ciento de las mujeres afirma gastar mucho dinero en zapatos y 9 de cada 10 consideran que “los zapatos dan el toque de estilo y es donde se ve el gusto de la gente”.
Y es que son muchas las celebridades que han demostrado su fetichismo por los tacones dentro y fuera de los escenarios, véase el caso de la misma Marilyn Monroe, Madonna o Sarah Jessica Parker, rubias inmortales que han conseguido dar fama a muchos diseñadores y estilos de zapatos, entre ellos Manolo Blahnik. Pero para mantener el vicio no hace falta ser una it con visa oro, pues hoy en día las marcas lowcost te permiten ir a la última y mirar desde las alturas sin quedarte en el intento. Aunque, para las inconformistas como yo, nunca es suficiente. Así que novios y maridos de España: ¡vayan haciendo hueco, que venimos cargaditas de juguetes!