Y de nuevo la magia llegó a aquel lugar oscuro, la luz se hizo y comenzó a desfilar la creatividad y el arte en ese largo camino. Tules, sedas, volantes, flores y un sinfín de señas flamencas que nos trasladan a abril y a su feria, a ese olor a albero y evocándonos el color y el compás de una semana que no pasa desapercibida.
Flamencas con elegancia. Ésa ha sido la propuesta de SIMOF en esta nueva edición de 2016. Faldas evasé, negros, brillantes y colores como el cuarzo han sido los elementos más visto. Los vestidos se fusionan. Por un lado el volante tradicional no abandona a una mujer muy andaluza y por otro la elegancia, reina. La transparencia y el volumen se proclaman protagonistas de esta última temporada.
Los trajes ceñidos terminan en voluminosas faldas de volantes pequeños, tipo clavel y, como no, sigue estando presente la falda canastera. Como apunte novedoso, aparece en la pasarela la falda evasé. De esta forma tan original nos encontramos diseños donde el volumen sale desde la cintura, acabando en un mini volante que logra realzar la feminidad de la mujer centrando nuestra visión en su cintura y en su escote – en espalda y pecho. Estos trajes son cómodos y además inspiran a las tradicionales batas rocieras.
Si tuviésemos que destacar la presente edición de SIMOF sería sin duda alguna por la muestra, una vez más, de la elegancia y la feminidad de la mujer andaluza. Lunares, espaldas destapadas y faldas evasé que conviven en perfecta armonía.
Una vez más Patricia Bazarot, mostró a su sobria mujer de las mil batallas. La diseñadora, como nos tiene acostumbrados en cada edición, dejó ver su perfección en el arte del patronaje y su marca personal: los escotes de espalda, señal inequívoca de que estamos ante uno de sus increíbles diseños. Por su parte, Cristina García, enseñó su silencio ruidoso, cargado de su seña de identidad: el volumen. Un arrollador Pedro Béjar, se estrena en la pasarela con fuerza ofreciéndonos grandes dosis de color y de originalidad que fueron comentadas por todos los asistentes.
La nota innovadora la pusieron los pantalones combinados con camisas de mangas abullonadas, volantes o interminables monos enterizos hechos de flecos. Otra de las novedades que destacaron en este Salón Internacional fueron los trajes, que aún siendo de flamenca, tenían connotaciones de trajes de noche.
En definitiva, este año para ir al Real podremos usar pantalón-si queremos ceñir nuestra figura- o faldas evasé si queremos realzar la feminidad de otra manera.
Si nos remontamos unas temporadas atrás, se observa que el complemento viene pisando fuerte. Las flores se han ido reinventando desde lo más tradicional hasta lo más original: las mujeres más flamencas adornaron sus cabellos con ramilletes coloridos que conseguían llamar nuestra atención. Sin rozar lo ostentoso, se ha pasado de llevar una sola flor en la cabeza a llevar muchas. Incluso hasta descartarlas como elemento tradicional, para llevar otro tipo de complementos, como tiaras o diademas.
El complemento viene pisando fuerte una temporada más: ramilletes coloridos, tiaras o diademas serán piezas clave este año en el Real de la Feria.
En general, todos los trajes que han desfilado en la pasarela de SIMOF están hechos para realzar la figura de la mujer, para que se encuentre guapa y favorecida y, sobre todo, para que aún vestida con un traje que no acostumbra a llevar usualmente, no renuncie a ser mujer. Es por ello por lo que los diseñadores optan por marcar de una forma u otra la silueta y dar el protagonismo absoluto a los rasgos andaluces que definen a las mujeres del sur.
Es importante saber que una tradición de tantos años tiene una adaptación e innovación tan asombrosa. Recordemos que el traje de flamenca tiene sus orígenes enraizados en nuestra región y, ahora, se ha convertido en un referente de moda a nivel nacional e incluso, internacional. Son muchos los diseñadores extranjeros que utilizan algún guiño a la moda flamenca usando volantes o incluso topos – más conocidos como lunares-.
La moda andaluza, además de tener un importante nombre a nivel de prét-a-porter, tiene una gran importancia por su carácter autóctona y por su tradición. Lo que representa no ha quedado en un simple tópico sino que ha sabido entender el traje de otra manera, haciendo una reinterpretación de los diseños, poniendo a cada uno su sello personal. Y sobre todo, sin perder la función y el objetivo de este tipo de vestido.
Los nuevos diseñadores de esta edición han llenado la pasarela de colorido, buenos diseños y funcionalidad.
Los nuevos diseñadores, que han llegado para quedarse, han sabido llenar la feria de creatividad, sin renunciar ni olvidar lo que están haciendo y lo que están buscando. Han dado con la clave de dar a las mujeres el equilibrio perfecto entre diseño y funcionalidad, sin olvidar que ellas se vean guapas y favorecidas.
Hace unos años, sería impensable que el mundo de la moda flamenca traspasara fronteras. Tampoco se podría imaginar que pudiese tener tantas vertientes. Pero lo cierto es que ha sido posible, ha ido más allá de los límites, mucho más allá de lo que en algún momento se pudiese imaginar. Y así lo ha demostrado una vez más nuestra pasarela más internacional. El próximo año, más novedades.