La magia en el escenario de este joven sevillano triunfa con ‘Miliciano’, obra en la que se enfrenta al público en solitario.Incansable, imparable, profesional…desde muy joven supo que actuar se iba a convertir en un recurso de su vida.
Quienes le han visto sobre las tablas de un escenario saben que vive por y para hacer disfrutar y vivir las historias que función tras función hacen emocionar al patio de butacas. Televisión, teatro, cortos, mediometrajes…el cine aún se le resiste pero tiempo al tiempo, aún le queda mucho camino por delante en la máquina de los sueños. Jesús Redondo nos ha hecho un pequeño hueco en su agenda con motivo de su visita a Sevilla para dar forma a todo un soldado atrincherado. Se trata de Miliciano, una de sus últimas obras. Así que nos ponemos el casco y recorremos con él su particular campo de batalla.
Gracias por atendernos en medio de una guerra como la que estás llevando estos meses ¿es más difícil este campo o el de la profesión de actor?
Jesús Redondo: La guerra en la que se desarrolla Miliciano es complicada porque tu vida está en juego, pero la verdad es que la profesión de actor, sobre todo la del actor desconocido por el gran público, es una profesión en la que hay que luchar a diario. Luchar por seguir ahí, al pie del cañón, dando lo mejor de uno mismo y esforzándose por mejorar en cada trabajo.
Martín Rivas nos contó que el negocio del cine en nuestro país lo mueven tres o cuatro actores. ¿Qué claves son necesarias en un actor para introducirse en la gran pantalla?
Jesús Redondo: Es cierto que el cine siempre tiene las mismas caras aunque pienso que cada vez están más fusionados los medios. Los actores que tienen éxito en televisión suelen adentrarse en el mundo del cine. Y el teatro cada vez está más lleno de rostros conocidos que son un filón para atraer público. Tal y como está el panorama es muy complicado hacer una película de gran calibre sin ser medianamente reconocido porque se sabe quién vende y es muy arriesgado apostar por caras nuevas. La clave principal que necesita un actor para introducirse en la gran pantalla, por triste que pueda parecer, no depende del talento, sino de lo que las productoras piensen que puedes vender.
El cine tiene otro tipo de riesgos. La cámara muestra todo lo que llevas dentro y un actor que está vacío puede a veces evidenciar más esta carencia.
Gran parte de los actores con los que hemos charlado señalan que pese a que el cine es una meta, el teatro es el culmen de su carrera porque les permite interpretar de una forma más real, ¿crees que es cierta esta afirmación o quizá un tópico de la profesión?
Jesús Redondo: La verdad es que el teatro es donde un actor vive la interpretación al cien por cien, donde no hay un corten ni un repetimos. La acción dura lo que dura la obra de teatro, con lo cual la adrenalina es mucho mayor. Sin embargo, el cine tiene otro tipo de riesgos. La cámara muestra todo lo que llevas dentro y un actor que está vacío puede a veces evidenciar más esta carencia delante de una cámara que ante un patio de butacas. Pero sí, el teatro es una interpretación más real. Se podría decir que en el teatro la vida no tiene cortes mientras que en el cine sí.
Ahora mismo te encuentras atrincherado con Miliciano, obra en la que actúas solo en el escenario ¿Has requerido una preparación especial?
Jesús Redondo: Es una obra en la que, de una manera o de otra, doy vida a seis personajes pero, aunque física o vocalmente sí tienen todos una preparación importante, es con el protagonista principal con el que verdaderamente estoy fusionado, ya que los demás son la percepción que tiene el personaje de esos mismos personajes. Por otro lado, encontrarme solo en el escenario es todo un descubrimiento. Durante los 50 minutos que dura la obra todo depende de mí, tanto para bien como para mal. Es verdad que a veces se echa en falta el respaldo de un compañero pero también es cierto que el estar solo en el escenario te da la posibilidad de conocerte mucho más como actor.
¿A qué obra le guardas especial cariño?
Jesús Redondo: Siempre digo que mi obra fetiche es la primera en la que me sentí actuar de verdad, en la que sentí que estaba dando vida a un personaje que no era yo. Se llama La Partida y la escribió y dirigió Gina Escánez.
¿Cuáles son tus planes y proyectos de futuro?
Jesús Redondo: Ahora mismo mi principal proyecto es seguir con Miliciano, estrenar Decadente Cabaret y seguir rodando con las obras de teatro que tengo en activo. También me gustaría preparar un cortometraje para septiembre.
Muchas gracias por atendernos y esperamos que consigas ganar esta enorme batalla…
Jesús Redondo: Gracias a vosotros. Ha sido un placer charlar con SPLUS.